Buscar en este blog

lunes, 19 de noviembre de 2018

¿Cómo hemos llegado a los actuales firmes asfálticos? Unos pequeños apuntes históricos- III. Las rocas bituminosas y el desarrollo del empleo de asfaltos naturales



         Continuando la serie “¿Cómo hemos llegado a los actuales firmes asfálticos?”, tras los firmes de piedra partida y los tratados con alquitrán de hulla, ahora toca indagar en los antecedentes del empleo moderno del asfalto en la pavimentación urbana y de las carreteras, en las etapas que se desarrollan desde el siglo XVIII hasta principios del XX, dejando de lado o saltando los consabidos usos de betún nativo en otras épocas de la Antigüedad.

       Comenzamos con el desarrollo de las aplicaciones basadas en  asfaltos naturales, es decir los derivados de rocas bituminosas, y se continñua con la historia de la introducción de estos asfaltados en España, a mediados del XIX.

 

1 - LOS MÁSTICOS O MORTEROS DE ASFALTOS NATURALES.

     Las primeras rodaduras asfálticas fueron soluciones basadas en el empleo de los ligantes y rocas asfálticas naturales, obtenidos en yacimientos como los descubiertos en 1711 en Val de Travers (Neuchatel, Suiza), unas areniscas sobre roca caliza, ambas con apreciables contenidos de asfalto.
      Fue el médico griego Eyrini d´Eyrinis quien, haciendo uso de una autorización de prospecciones en el subsuelo en busca de materias primas como plomo, hulla, hierro, sal, cobre, oro o plata, descubre el yacimiento de roca asfáltica, obteniendo en 1712 una concesión del rey de Prusia para su explotación.
    Consiguió extraer el betún de las areniscas asfálticas publicitando su empleo en diversas aplicaciones como impermeabilizaciones de vasijas, cúpulas, fuentes públicas en Suiza y estanques, entre ellos los de Versalles e, incluso, como desinfectante. Lo cuenta en un libro-folleto de 1721 (Fig.1).
Fig.1  Documento de E.de Eyrinis de 1721

     No debía ser un águila en la gestión porque, tras diversos avatares, la explotación acabó en manos de Neuchatel Asphalte Company Limited, con sede en Londres (Compagnie des Asphaltes de Neuchatel), que renovó la concesión en 1873. Si bien el yacimiento empezó explotándose a cielo abierto, continuó luego en mina hasta que, con más de 100 km de galerías excavadas, cesó la explotación en 1986, tras una extracción estimada de 2 millones de t, siendo el yacimiento más importante de Europa. Actualmente es una atracción turística.

Fig.2  Mina de roca asfáltica de Val de Travers
      El yacimiento estaba atravesado por la línea férrea Berna-Paris, en conexión con las principales líneas francesas y alemanas, lo que favorecía la carga directa de vagones con material elaborado en la fábrica de Travers hacia depósitos en gran parte de los países europeos o de ultramar como Estados Unidos, Canada y Australia. Para la difusión y ejecución de las aplicaciones del asfalto la sociedad londinense estableció sucursales o vínculos con empresas especializadas en sitios como Paris (Société de Pavage et des Asphaltes de Paris, que dominaba el mercado del asfalto parisino frente a la ) o instalaciones en diversos lugares por toda Europa, consiguiendo una gran expansión en su comercialización de su producto por todo el mundo.
 Asfaltado londinense y publicidad 

Fig 3 Aplicacion del asfalto comprimido en Australia (1912)
      Con posteridad a la puesta en marcha de esta explotación suiza, de descubrió en Francia un gran yacimiento similar de rocas calizas asfálticas en Pyrimont, cerca de Seyssel (Dpto de L'Ain), con un contenido medio de betún de un 8%, y se puso en explotación en 1792. Otros yacimientos importantes fueron los de Limmer en Hannover, de rocas calizas con cerca de un 17% de betún, y los de Cavarroche en Saboya, similar al de Seyssel. 
      En estas explotaciones se solían hacer dos procesos. Por un lado, las areniscas (cuyos contenidos de betún superaban el 10%) se troceaban  y sometían a un proceso de cocción en calderas con agua hirviendo, separando el betún, que espumaba en la superficie, con una especie de grandes cucharones que se vertían en canaletas para llevar el betún líquido a un ulterior proceso de purificación y posterior envasado para su comercialización, denominándole betún (bitumen) o brea.
    Por otra parte, las rocas calizas (que tenían entre 5% y 15% de asfalto) se troceaban y pulverizaban  y se introducían poco a poco en un baño de betún fundido (en una cantidad que representaba el 7 - 8% de la mezcla final) en calderas; se hacía cocer esa mezcla durante varias horas (5 a 6), removiéndolas continuamente con agitadores rotatorios, obteniendo una pasta o mástic que se vertía en moldes para obtener bloques de 1/5 de quintal, que era como se comercializaba (Fig.4). Este mástic asfáltico, que se solía denominar asfalto naturalmastic de asfalto o simplemente asfalto, se volvía a fundir en el lugar de empleo para su uso, de acuerdo con unas ciertas recetas que solían incluir arena caliza, betún o, incluso aceites o resinas, siendo esa mezcla o producto obtenido el llamado asfalto artificial. (Ref.3).
Fig.4  Mastics de asfalto de Travers (Le phanteón de l'industrie 1891) y de Seyssel (Merveilles de l'industrie- M. Louis Figuier 1877)


     Con estos asfaltos, en las que se podrían considerar primeras aplicaciones bituminosas viarias de la época moderna, se pavimentaron en 1829 con un mastic formado con un 93% de asfalto de Eyssel y un 7% de arena las aceras de Pont Morand en Lyon, en junio de 1835 el Pont Royal en Paris con un mastic como  pavimento y, en 1837, la Plaza de La Concordia y los Campos Eliseos en París. En la primera, la de la Concordia, se hicieron más de 20.000 m2 de una especie de enlosado de dos colores conseguido tras el vertido del asfalto caliente en el encofrado de cada una y, tras su enrasado, se vertían alternadamente gravillas claras y oscuras, que se compactaban con pisón, obteniendo así, además de la comodidad de de paso por ella frente a los adoquinados, un efecto bicolor que causó un gran impacto positivo en la población y contribuyó a una alta difusión de las ventajas de la pavimentación urbana con asfalto fuera de Francia. Por ejemplo, en 1838 se aplicó en Hamburgo, en la emblemática y comercial calle Jungfernstieg, sellándola con asfalto, siendo la primera calle alemana asfaltada.
       Otras razones que en París hacían muy deseables los pavimentos asfálticos frente a los de piedra y adoquinados eran las de proporcionar impermeabilidad al firme, ser mucho más silenciosos y eliminar la facilidad que éstos daban para construir barricadas en tiempos de revueltas.

1.1 -  El impulso el desarrollo técnico: Las aportaciones de M. de Coulaine,

     Coulaine, ingeniero de Ponts et Chaussées responsable de la zona de Saumur, fué uno de los primeros que investigó y experimentó la aplicación de mezclas asfálticas en carreteras, como documentó en su extensa memoria "Sur l'emploi des sustances bitumineuses dans la construction des chausées, sur la nature, la compasition, les propietés de ces sustances et leurs diverses applications", fechada en noviembre de 1849 y recogida en los Annales de Ponts et Chausees de 1850. En ella, como fruto de su experiencia de 9 años experimentando y observando comportamientos reales en carreteras, hace un estudio de las propiedades de los ligantes disponibles (desechando los alquitranes de hulla por su fragilidad a baja temperatura y decantándose por los asfaltos naturales procedentes de roca bituminosa), de cómo deben formularse los mástic en caliente y los procedimientos para su fabricación, los útiles necesarios para la misma (Fig.5) y de cómo debe ser la estructura del firme adecuada para la aplicación del asfalto en aceras y calzadas. Asimismo, incluye lo que, probablemente, sea el primer ensayo para caracterizar una mezcla bituminosa en caliente de la historia (Ver el artículo enlazado de este blog) junto con los criterios para ajustar la dosificación del mástic, lo que da una idea de la importancia y seriedad de lo propuesto en su memoria.
Fig.5 Figuras de Coulaine de utensilios para la fabricación y manipulación del mástic
      Ya en 1840 había colocado una capa de rodadura bituminosa en caliente en un tramo experimental  de 20 m de longitud y 4 m de anchura en la carretera nacional 138, de Burdeos a Rouen, en Saumur, que tenía un tráfico de 150 carros diarios. Una vez removida la rodadura de la calzada existente de empedrado colocó una capa de 5 cm de piedra machacada compactada con rodillo de 8 t, para obtener una superficie de apoyo resistente y regularizada. Sobre ella se fueron ejecutando distintos tramos de la rodadura asfáltica constituida por diversos masticos, en los que hacía variar el espesor de la capa y su formulación con distintas proporciones de arena; en alguno de ellos, mientras se colocaba el mástic, se introdujeron a mano en la capa pequeños guijarros. Se abrió a la circulación el 6 de octubre de 1940. 
     Con las enseñanzas aprendidas tras observar su comportamiento ya pasó a aplicaciones en gran escala en varias carreteras en Samur, Angers, Tours, etc. Destaca el pavimento del Puente de Saumur sobre el Loira, de 280 m y 7.7 de ancho con una capa de 4 cms abierto en 1841. También hizo en 1842 una prueba en un tramo de 170 m de largo con espesores de 3 y 2 cm en la travesía  de Saint Martin en la nacional 152 de Briare a Angers y otra en el puente del Archevêque en la N10 de Paris a Bayona, en Tours, de 14 m de largo y 12 de ancho con un tráfico de 800 carros diarios. 
     Ya en 1843 pasó a construir un tramo en uno de los puntos de más tráfico de Paris (4 a 5 mil carros diarios), en la rue Laffite, con una capa de 6 cm de espesor colocada sobre un pavimento que se había hecho por Dez-Maurel con alquitrán de hulla y que estaba en ruina total. (también la empresa del ingeniero Polonceau hacía algo así).  
    En su memoria incluye una receta tipo para la formulación previa del mástic que se ajustaría con los resultados de la prueba antes citada. Así indica una composición que tendría un 60% de arena y un 40% de un ligante obtenido con la mezcla de 90% de asfalto natural de Seyssel con un 2,5 de aceite de resina y 7,5% de betún. El proceso de fabricación  de ese mástic tal como lo describe sería: 
     "Se empieza por fundir la brea en la caldera y después se echa el asfalto poco á poco; cuando éste se pulveriza por la acción del calor, es conveniente verificar las dos operaciones á la vez y echar el asfalto cuando está todavía caliente, pues de este modo se economiza brea, se disminuye el gasto de fundición y la preparación del mástic se hace con más rapidez; cuando el asfalto está completamente desleído en la brea, se echa el aceite y arena.
       Durante la operación se remueve continuamente, se advierte que aquella va á terminar cuando las burbujas de vapor revientan en la superficie desprendiendo humo azulado; entonces debe verse si la mezcla tiene el grado de concentración conveniente, pues su flexibilidad disminuye por la evaporación del aceite. La consistencia que toma al enfriarse no depende solo de la proporción de materias empleadas, sino también de la composición de la brea y asfalto y de la duración é intensidad del fuego." 
      En cuanto a la ejecución, propugna hacerlo por fajas longitudinales, delimitadas por maestras o una maestra y la franja contigua, entre las que se vierte con cazos el mástic caliente, que se enrasa con regla a la vez que se va adicionando arena, que se compacta para introducirla en el mástic. Recomienda que aplique sobre un soporte firme, consolidado y sin humedad (por lo que llega a puntualizar que conviene limitar las aplicaciónes entre el 1 de mayo y 5 de septiembre), y con espesores de 2 a 4 cm. 
      Para las reparaciones y su conservación incluye en procedimiento para usar asfalto natural en frío, insistiendo en su empleo solamente en época cálida.

1.2- Otras aportaciones destacables del Siglo XIX

         En 1849 André Merian, ingeniero jefe del Cantón de Neuchatel, observó en una visita a Val-de-Travers como el material que iba cayendo de los carros que llevaban la roca asfáltica en el camino de la mina a la fábrica y que, sucesivamente, eran desmenuzado y compactado por los que pasaban después, poco a poco iba haciendo sobre el macadam una capa de rodadura asfáltica estable, favorecida por los calores e insolación del verano. A partir de ello, hizo en Neuchatel un tramo de prueba sobre el macadam de la carretera de Val-de-Travers a Pontarlier, de 78 m de longitud y 5 m de ancho, colocando sobre macadam roca asfáltica tal cual se obtenía de la mina (con un 12-15% de betún), que fue desmenuzada, pulverizada y calentada antes de ser extendida y compactada con rodillo en un espesor de 5 cm, obteniendo una rodadura elástica e impermeable. En 1851 el propio Mérian publicó su experiencia en su  "Observations sur les roues en asphalte" (Ref.5) A la vista del buen resultado se le ordenó prolongar esa aplicación en la misma carretera y parece que 25 años después aún daba un buen servicio.  
       Este buen comportamiento pronto llegó a Paris y ese mismo año Darcy (Ref.6), inspector general de Ponts et Chaussées experimentó con asfalto de Seyssel extendido y compactado en frío según el procedimiento patentado por Dufour, del que era licenciatario el director a la sazón de las minas de Seyssel, el Sr.Devarannes; Darcy propuso, y le aceptaron, aplicarlo en la avenida de los Campos Eliseos, en un tramo de 200 m con una superficie de 2.000 m2 .El procedimiento consistía en trocear la roca de Syssel en tres tamaños, el mayor de 3-4 cm y los menores de 6-7 mm, reunirla en montones que se regaban con un 3% en peso de una mezcla de un tercio de betún mineral de Bastennes y  dos tercios de aceite de resina (aunque podría en casos ser a partes iguales); tras un mezclado con pala se dejaban en reposo 24 horas, tras lo cual se empezaba a extender sobre un soporte de macadam firme, comenzando formando una capa con los más gruesos, luego con los intermedios rellenando los huecos y finalmente con los más finos, completando el rellenando todos los huecos; tras ello, se compactaba con pisones y cilindros, consiguiendo una capa de 3-4 cm.  No obstante, para  reducir la cantidad de material de Seyssel y aumentar la rugosidad se añadió un 30% de gravillas silíceas (regadas igualmente con el ligante citado) y se sustituyó el betún asfáltico por alquitrán de hulla. 
       Por su coste y rapidez de ejecución, pronto suscitó el interés de otras empresas competidoras de la de M.Devarannes, que introdujeron diversas variantes que se aplicaron en la ciudad en años posteriores, pretendiendo en no pocos casos hacerlo pasar por asfalto, cuando no contenía asfalto natural sino productos mas baratos. Sin embargo, a medio plazo, estas aplicaciones fueron un fracaso, al no conseguir una aglomeración y cohesión adecuada en el pavimento. Posteriormente Darcy rectificó y ya propugnó un calentamiento previo del material asfáltico, pero esos fracasos ya habían generado un abandono general de la técnica, a pesar del éxito que había tenido la solución en caliente de Coulaine y no fué hasta 1854 que se reanudaron los asfaltados en caliente, eso sí, de la mano de Léon Malo.
       En esa década de los 50s se llegaron a emplear tres procedimientos para el asfaltado de aceras, calles y carreteras (Ref.3):
·     En frío, disgregando y pulverizando los bloques de roca asfáltica natural sobre el macadam y compactando con pisones o cilindro. La aglomeración se debía al efecto de la insolación y del tráfico, lo cual no siempre se conseguiría.
·     En caliente, el llamado asfalto comprimido, elaborado generalmente con el material de asfalto natural procesado en factoría (en algún caso con la roca asfáltica natural) pero vuelto a trocear, pulverizar y recalentar in situ para su colocación y luego compactado con cilindro. (Fig.7) En este grupo estaría el asfalto fundido confeccionado a partir del asfalto natural (el procesado) que se empleaba ampliamente en las aceras (Fig.8)
·   En caliente, con el asfalto artificial que se elaboraba in situ incorporando una importante proporción de árido fino, compactado con cilindro.
 
      Otro gran impulsor de estas primeras técnicas de asfaltado, preconizando que únicamente deberían emplearse en caliente, que se preocupó de experimentar y formar equipos aplicadores, fué Léon Malo, manager y superintendente de la explotación y factoría de Seyssel, a quien se podría considerar como uno de los primeros grandes especialistas del asfalto y que, en su afán por evitar fracasos, quería que sólo se ejecutasen con personal, materiales y procedimientos adecuados, técnicas que recogió en varias publicaciones y artículos, como Guide pratique pour la fabrication el l'application de l'asphalte et des bitumes de 1861 o la revisada de 1866 y 1888 (Fig.6). Con esas miras, se fundó la Compagnie Générale des Asphaltes de France, una especie de monopolio integrado por los principales productores del genuino asfalto natural francés y de la que Malo era el técnico responsable, cuyo objeto era combatir la proliferación y empleo de imitaciones o falsificaciones del asfalto, de dudoso comportamiento a medio plazo. No obstante, su gran competidor en asfalto natural siempre fué el de Val-de-Travers, que dominaba el mercado y también luchaba contra los imitadores.
Fig.6 Léon Malo- Segunda edicion ampliada

    Si bien las aplicaciones viarias con mastic pulverizado y compactado en frío dieron un buen resultado inicial (siguiendo la recomendación de Darcy en su memoria inicial de 1850 (Ref.5), aunque luego cambió de criterio), su comportamiento al poco tiempo dejaba que desear, dado que su aglomeración sólo se efectuaba por la insolación combinada con el tráfico, lo cual no siempre ocurría (debido a ello, Coulaine, en su procedimiento de reparaciones en frío recomendaba vivamente limitar su empleo de mayo a septiembre). 
       Por ello, Malo recogía los fracasos de esta técnica y preconizaba exclusivamente el empleo de asfaltado en caliente, en especial el asfalto comprimido. Con esas ideas, en 1854 se probó el asfalto comprimido en un tramo de 800 m2 en la calle Bergére, en Paris, teniendo un buen comportamiento durante 6 años, por lo que en 1858 ya se hizo un tramo mayor de 8.000 m2 en la calle Fauburg St. Honoré y en la plaza del Palacio Real.
Caldera para preparar 1.5 t/h de asfalto comprimido (Les merveilles de l'industrie 1873-77)

Paris, asfalto comprimido (Revue La Nature 1881)
Aplicación asfalto comprimido-- Paris principios siglo XX (Bitume.info 2009)
Fig.7
Fig. 8  Instalaciones de la Compagnie générale des asphaltes de France en Paris (Revue Le génie civil 1889)
Fig.9- Aplicación de asfalto fundido en aceras (Revue La Nature 1881)

      Fuera de Francia, pronto se difundieron todos estos precedentes. Así, en Inglaterra, en noviembre de 1837, el militar británico Richard Tappin Claridge obtuvo una patente (nº 7849, "Mastic cement, applicable to paving and road-making, covering buildings, and various others purposes") para emplear allí el asfalto de Seyssel y un año después creaba la empresa Claridge's Patent Asphalte Company junto al ingeniero civil Frederick Walter Simms (1803-1865), con el que había estado viendo su empleo en Francia y Bélgica. Comenzaba de este modo una auténtica “fiebre bituminosa” en el Reino Unido, reflejada en el asfaltado de barrios de Londres como Whitehall (el primero en 1838 que, cuatro años mas tarde, aún era muy elogiado en la prensa, Fig 10), The Strand o Bunhill-row y de otras ciudades inglesas como Brighton, Herne-Bay, Canterbury o Kensington. Contribuyó a su difusión que en 1844 esta empresa publicase un manual de instrucciones para la aplicación del asfalto natural de Seyssel en pavimentos e impermeabilizaciones (Fig.11 y Fig.12), incluyendo el detalle de los  equipamientos necesarios (Fig.13)
Fig.10 Reseña de prensa en The Times


Fig.11 Manual de uso del asfalto de Syssel
Fig.12 Sección del firme, con las capas especificadas en el manual

Fig.13 Caldera de calentamiento del asfalto
      No obstante tuvo una gran competencia con la poderosa Neuchatel Asphalte Co, que operaba con el exitoso asfalto comprimido de Val de Travers y tenía también una sucursal en Londres. En la Fig.14 se muestra como presumía del éxito de una pavimentación londinense hecha en 1870 y que, sometida a un intenso tráfico, no precisó ser rehabilitada hasta 18 años después, mostrando un testigo extraido a los 13 años exhibido en la Expo de Paris en 1889, en la que fué recompesada con una medalla de oro.   
Fig.14- Muestra de firme con asfalto comprimido de Travers (Le panthéon de l'industrie 1891)

2 - EL ASFALTO NATURAL EN ESPAÑA.

    En España también empezaron pronto los intentos de aplicación de estas nuevas técnicas. El libro Manual de Caminos del Ingº de Caminos Espinosa, publicado en 1855, ya incluía las técnicas francesas de asfaltado. (Ref.7)
     Así, por ejemplo, ya en 1844 se realizaron diversas propuestas al Ayuntamiento de Madrid para hacer tramos experimentales en sus calles, por el empresario portugués José Da Silva Porto, presidente de la sociedad de La Confianza, que no prosperó. (A éste le caduca en 1946 el certificado de introducción de un proceder para fabricar asfalto artificial).
     Sin embargo el primer asfaltado hecho en Madrid no será en calles, sino en el pavimento de un portal de una casa de la calle Amor de Diós, en febrero de 1847 y poco después en el patio del  edificio de la Bolsa de Comercio, en la calle de La Leña, edificio conocido por la Aduana vieja y que también había sido sede de la Escuela de Ingenieros de Caminos.
Fig.15 Patio asfaltado del edificio de La Bolsa (La Ilustración -Madrid 7/12/1850)
      El primer asfaltado en las calles madrileñas se autoriza por el ayuntamiento en marzo de 1848, en la Puerta del Sol delante de la, hoy inexistente, iglesia del Buen Suceso. Posteriormente se realiza un asfaltado en el ministerio de la Guerra. La empresa de asfaltos adjudicataria, representada por Eduardo Milans del Boch tenía la exclusiva de  asfalto natural importado, pero los costes de estas dos actuaciones resultaron exorbitantes, por lo que no pudo repetir las obras con el mismo material, pasando a emplear mezclas con alquitrán, fracasando al reblandecerse con el calor y la insolación y fragilizarse en invierno.
     Por otra parte, tras numerosos viajes de estudios por otros países europeos para aprender la técnica, la empresa "Asfaltos del Volcán", monta una factoría para obtención de ligante en la aldea soriana de Fuentetoba, en un yacimiento de roca asfáltica del que era propietaria. Pero, como relata en un comunicado en El Heraldo de Madrid del 14/3/1850, tenía que esperar aplicar su producto en carreteras sorianas porque "Pero esistiendo (sic) un privilegio esclusivo(sic) para asfaltar en España concedido a otras personas, la empresa de asfaltos del volcan no puede utilizar en nuestro país  los escelentes(sic) betunes que las espresadas(sic) minas producen hasta la conclusión de dicho privilegio en marzo del año próximo. Entonces podrá obtenerse el asfaltado con una economía estraordinaria(sic), empleándose únicamente el asfalto de España, y se desarrollará entre nosotros esta nueva producción minera que nuestro pais nos ofrece y que tanto escasea en Europa"  Estaría hablando de marzo de 1951.
     Al acabar ese privilegio retoma los asfaltados capitalinos la empresa "Asfaltos del Volcán", adjudicataria en 1849 de la exclusiva para el asfaltado de unas calles madrileñas, que había empezado a construir unas instalaciones de  proceso de asfalto en Madrid, en el Paseo de Santa María de la Cabeza, aledañas al embarcadero del Manzanares. En 1851, año en el que obtiene el Privilegio 534 para el procedimiento de fabricación (Fig.16), se promocionaba en prensa como "el verdadero asfalto español", remarcando sus diferencias con la primera empresa antes citada, que le suministraba el asfalto natural. Ese año asfalta en Madrid el Paseo del Prado y la subida de coches al Retiro y varias calles como Cañizares, Juan de Herrera y Calderón de la Barca.

Fig.16-Asfaltos del Volcán- Factoría soriana (OEPM-1851 Privilegio 534)(Ref.8)
Fig..17 Anuncio en prensa, de 1851
      Uno de los artífices del éxito de Asfaltos del Volcán, Carlos Franco del Capblanco, se separa de ésta y funda su propia empresa Capblanco y compañía. Empresa general de Asfalto natural, que también consumiría los asfaltos sorianos, con una fundición sita en Cidones, La Asfaltadora.
    En 1854 se originan grandes disputas en prensa (Ref. 11) entre Asfaltos del Volcán y Capblanco contra Asfaltos de Torrelapaja que, de un modo no muy ortodoxo, había conseguido contratas sin licitación con el ayuntamiento madrileño, excluyendo a las otras empresas. Ello llevó a que el ayuntamiento abandonase el asfalto durante unos años.    
     En el País Vasco también se explotaron otros yacimientos similares como, desde 1856, los de Maeztu en Álava, en el que la concentración de asfalto en unas calcarenitas del Campaniense estaba entre el 9 y el 20%. Las minas de Maeztu, por su proximidad al ferrocarril disponían de un apartadero, lo que la hacia competitiva en lugares fuera de su entorno. En este entorno operaban varias empresas, como la Compañía de Asfaltos de Maeztu con 15 concesiones en las que se llegaron a extraer entre 1892 y 1908 unas 42.500 t de roca asfáltica, o la Sociedad de Asfaltos naturales de Maeztu-Leorza con 13 concesiones de las que extrajeron 15.950 toneladas de asfalto entre 1900 y 1908; la producción se destinaba a fabricar losetas asfálticas o polvo de asfalto para asfalto fundido, con aplicaciones en la pavimentación de calles, frontones, fabricas, etc. En 1863 Asfaltos de Torrelapaja se unió a Asfaltos de Maeztu para fundar la Compañia General de Asfaltos. 
    Una empresa con actividad significativa hoy día en la pavimentación asfáltica, Asfaltos Naturales de Campezo, tal como refleja su nombre tuvo su origen, aunque más tardío, en la década de 1940, en la explotación de un yacimiento en San Roman de Campezo, en la misma comarca alavesa. 
    En 1928 (Ref. 12), se reivindicaba la aplicación de roca asfáltica natural (en frío o calentada en época fría) de yacimientos próximos, como el caso de los vascos, frente a los hormigones asfalticos, con betunes derivados del petróleo: "Se extiende la roca asfáltica machacada al tamaño comprendido entre uno y cuatro centímetros, a razón de unos ciento veinticinco kilogramos por metro cuadrado, con lo que el espesor final del firme de cinco a seis centímetros; y después de esta extensión, que puede verificarse sin inconveniente alguno por semianchos, se comprime el material con apisonadoras de doce a catorce toneladas de peso, con ausencia total de agua y de recebo. Las operaciones se realizan en frío. Pero si se trabaja a muy bajas temperaturas del ambiente, pueden lograrse economías en la inversión calentando el material basta una temperatura de 40° a 50° centígrados. ...........En la carretera de Madrid a Francia por Irún, a la salida de Miranda de Ebro, se ha verificado recientemente un ensayo en esta misma forma, con inmejorable resultado; y en otras carreteras y poblaciones de España tenemos noticias de que se repetirán en breve las pruebas en una mayor escala
     Con ocasión de los ensayos del Circuito Nacional de Firmes Especiales también se emplean mezclas con las calizas bituminosas, como las de Maeztu,  en tramos de ensayo, según se indica en el artículo de 1925 de la (Ref. 13):  "......como no podía ser menos de suceder en provincias tan industriosas, de emplear productos nacionales, se ha hecho en Guipúzcoa un ensayo interesantísimo que viene  a ser un tarmacadam con capa superior de hormigón asfáltico, y en Vizcaya van a ejecutarse afirmados de tarmacadam de escorias y de losetas de hormigón de cemento portland.
    En la carretera de San Sebastián a la frontera francesa, km 2, tuvo el distinguido ingeniero Sr. Pagola, director de Caminos de Guipúzcoa, la feliz idea de construir en dos tramos contiguos hormigón asfáltico y un afirmado especial que consiste en lo siguiente:
     Se rebajó el firme en 10 cm de espesor, para constituir la caja, y en ésta se colocó primeramente una capa de piedra ofítica, partida y embadurnada con alquitrán, de dimensiones comprendidas entre 7 y 5,5 cm. Sobre esta capa se extendió un mortero compuesto de 100 kg de caliza asfáltica de Maeztu, en polvo, 14 kg de asfalto, procedente de destilación de petróleos; 7 kg de alquitrán y 100 kg de gravilla. Antes de que se enfriase el mortero se extendió grava menuda alquitranada, de tamaño comprendido entre 2,5 y 0,55 cm  y se cilindró, extendiendo por último una ligera capa de caldo asfáltico sin gravilla.
     La piedra y gravilla se embadurnaron con alquitrán en  la máquina que la Diputación de Guipúzcoa adquirió hace algunos años y que efectúa el secado de los materiales y su mezcla con el alquitrán  de  un modo perfecto. Situada la máquina a 9 km del tramo de  ensayo, el transporte se hizo en camiones automóviles
    La preparación del  mortero asfáltico se hizo en calderas debiendo advertir que los 7 kg de alquitrán que se añaden sólo tienen por objeto facilitar la fusión"
     La progresiva expansión de las mezclas con betunes derivados del petróleo fué haciendo perder competividad a los asfaltos naturales, definitivamente arrinconados hacia el campo de los morteros y asfaltos fundidos (actuales másticos bituminosos de la EN 13108-6) en la zona de influencia de las minas.  

OTROS ARTÍCULOS RELACIONADOS DE ESTE BLOG

REFERENCIAS

  • Ref.3  Léon Malo - Note sur l'asphalte, son origine, sa preparation, ses applications (Annales des Ponts et Chaussées -1861 T1)
  • Ref.4 M. de Coulaine- Sur l'emploi des sustances bitumineuses dans la construction des chausées, sur la nature, la compasition, les propietes de ces sustances et leurs diverses applications-   Annales de Ponts et Chausees (1850)
  • Ref.5  Merian- Observations sur les routes en asphalte (1851) 
  • Ref.6  M.Darcy -Rapport sur le pavage et macadamisage des chauseées de Londres et de Paris - Annales de Ponts et Chausees 1850
  • Ref.7 D.P.C. Espinosa - Manual de caminos, que comprende su trazado, construcción y conservación (1851)
  • Ref.8  OEPM- Patentes curiosas -  Cédula de Privilegio nº534 de 1851
  • Ref.9  Léon Malo- L'asphate son origine géologique, sa préparation ses applications - Article Bulletin de la societé vauloise des ingenieurs et architectes  (1881)
  • Ref. 10 - M.Aguilar- Los afirmados modernos en España - Revista Obras Públicas nº2513 1928 
  • Ref. 11 La Iberia (Madrid. 1854). 11/8/1859, página 4.
  • Ref. 12 Manuel del Río - Afirmados de asfalto natural- Revista de Obras Publicas nº1928, 76, tomo I (2511): 360-361)
  • Ref. 13 Manuel Aguilar-Ensayos de firmes especiales para carreterasRevista Obras Públicas nº2439 -1925
     

Descargar este artículo impreso en formato PDF










No hay comentarios:

Publicar un comentario