Al hacer un refuerzo de firme en una carretera, en los
inicios y finales del tramo reforzado hay que acordar la rasante más elevada de
la nueva capa de refuerzo con la existente. Ello debe hacerse mediante una transición suave entre ambas
rasantes, de modo que el perfil resultante no afecte a la seguridad y comodidad
de circulación, ni produzca movimientos anómalos en el vehículo.
Para evitar un resalto brusco, el método correcto implicaría
realizar un cajeo mediante fresado en la capa preexistente, de una cierta longitud y
con una profundidad, en el tramo final, igual al espesor de la capa de
refuerzo, o en todo caso, al mínimo admisible en la misma. En la figura 1 que
sigue se
esquematiza el procedimiento
esquematiza el procedimiento
Fig.1 - Esquema de transición en entronque de inicio o final de capa de refuerzo |
Este caso, se presenta también con frecuencia en los accesos
a un puente, en los que para no sobrecargar el tablero (o no afectar a sus
juntas de dilatación), las capas de refuerzo empiezan o terminan fuera de la estructura, en la que se mantiene la rasante preexistente.
La longitud de la transición y del fresado es función de la
diferencia de rasantes entre el firme existente y la de la nueva capa (es decir
espesor del refuerzo) y de la velocidad de la vía, siendo recomendable, cuando se
quiere primar el confort de circulación, adoptar un cambio de rasante en el
entorno de 2mm/m en vías
interurbanas de alta velocidad, mientras que en vías de baja velocidad (menos
de 50 km/h) el valor adoptado es bastante mayor, del orden del triple o más
No obstante, no es infrecuente “sentir” que en los entronque
de inicio o final de la capa de refuerzo no se ha logrado una transición lo
suficientemente suave y el vehículo sufre una brusca a incómoda aceleración
vertical al pasar por esas zonas. Este defecto suele corresponder a una
transición de corto desarrollo, con la
longitud de fresado escasa. Incluso, a veces, da lugar a que esas zonas queden
visualmente señaladas por las marcas de neumáticos de las ruedas libres de los vehículos pesados, como se muestra en
las Fig 2.
Otra práctica, aún más inadecuada que la de transición corta, es aquella en la que el cajeo
para realizar el entronque se hace en forma rectangular en vez de la
recomendada de forma triangular con profundidad creciente. Se introduce así una
brusca variación del espesor de la nueva capa extendida, lo que dará lugar a
una importante deformación del perfil tras la compactación de puesta en obra y
la postcompactación debida al tráfico, como se muestra en el esquema de la figura 3. Este asiento localizado en el perfil
provoca también importantes impactos de las ruedas de los vehículos pesados con
el consiguiente incremento dinámico de las cargas. Los efectos visibles a corto
plazo son también como los que mostraba la foto de la Fig. 2.
Fig 2 - Inicio de tramo de refuerzo tras un viaducto y consiguientes marcas de los neumáticos de camiones |
Fig 3.- Cajeo inadecuado, con cambio brusco de espesor de capa , dando lugar a deformación localizada del perfil y efecto de impacto de los camiones |
Ampliada entrada con otra práctica inadecuada, con cajeo rectangular
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